El tiempo y mi existencia pasan fugazes tristes, rápidos. Los dolores que acomplejan estos días, la incertidumbre, la indiferencia, mi resignación. Pocas ganas de salir, a pelear un poco más, harto de fracasar.
Contemplo cuando no hay nadie, en especial por las noches, el infierno mismo, el aberno por el cual caigo y me es imposible salir.
Soy el perfecto coleccionista de sueños y momentos pasados añorados en un presente sin futuro, pobre, pobrísimo.
Cuanto quisiera volver a ser lo de antes, cuantos quisieran. Pero no.
lunes, 5 de abril de 2010
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